
Hay momentos en la vida de un hijo de Dios en el que sientes que corres a tientas, estas haciendo las cosas sin saber porque o hacia donde te diriges, te sientes en medio de un túnel oscuro y sin saber si tiene o no final.
Al estar así, piensas dentro de ti “si no se a dónde voy y no miró nada al menos tratare de no parecer asustado” tratando de aparentar ante los demás y ante ti mismo algo que probablemente no estas sintiendo en ese momento.
Como hijo de Dios estás en la mira de mucha gente y se espera de ti que seas un ejemplo a los demás y eso es cierto, eres ejemplo, pero eso no significa que no puedes pasar momentos malos o que debas fingir que nunca te pasa nada malo.
Pasar momentos malos y buenos es parte de nuestra naturaleza humana y parte de quienes somos, y como Líderes debemos también enseñar a los demás con el ejemplo como hay que enfrentar esas situaciones.
La palabra de Dios dice: “7 veces cae el justo y otras 7 se levanta”… Esto porque no se trata de cuantas veces caes, sino de cuantas veces te vuelves a levantar para regresar.
Cuando me he topado en el desierto… el guardar mi testimonio ha sido lo mas duro… ante los demas podria ser un GRAN LIDER, GRAN CRISTIANO, UN GRAN AMIGO, pero por dentro he estado en batallas contra pecados, pensamientos, acciones, palabras que no hiban conforme a lo que Dios quería en mi vida.
Esto tampoco es excusa para decir que entonces puedo caerme y hacer lo que me venga en gana y luego hacer como que no he pecado, pero tampoco es para que finjas algo que no es.
Dios no te juzgará por estar mal, de bajón, deprimido, de malas, etc… Dios solo vera lo que haces en esa situación y si confías en el lo suficiente para agarrarte de su mano para continuar.
Correr a tientas no es malo, lo malo es creer que esa cueva oscura es más grande que la luz del sol que hay afuera.
Siempre hay una salida a cualquier túnel oscuro donde hay luz, color y bendición, no dejes de luchar porque puedes estar a metros de terminar.